El discurso ha cambiado, en él ya no vienen frases con declaraciones cautivadoras, ni letras Filiales de canciones y mucho menos pedazos de alma escritos por Benedetti. Todo ha terminado. Ahora sólo tienes mis palabras, de ésas que ya no suenan bonito ni se mueren en mi garganta esperando el momento preciso para regalarlas.
Sencillamente es --- PRETÉRITO!
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